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Experiencia Bipolar Wendy: un viaje a un mundo desconocido

Mi experiencia con el trastorno bipolar

Hola, soy Wendy Yanira Conde Recinos, de la ciudad de Guatemala, Psicóloga de profesión, hace 4 años y medio desarrollé Trastorno Afectivo Bipolar II (TAB II) con síntomas psicóticos y ansiedad generalizada.

Experiencia bipolar Wendy

Siempre había querido trabajar en un lugar como ese, un ambiente natural, buenas compañeras, ejerciendo mi profesión, me había independizado… mi hermana se había casado días antes; sin percatarnos 2 hijas se iban de casa, mi mamá enfermó y la dejé en cama, al cuidado de mi papá. Todo iba muy bien con mi nueva vida, hasta que me vi envuelta en una relación riesgosa, el calor fuerte empezó y con él la migraña todos los días, la mayor parte del día; además de la fobia social. Ya no podía disfrutar como al principio, la relación me causó serios problemas y al final perdí el empleo, todo lo que había logrado en unos meses, lo perdí, la vergüenza y la culpa se apoderaron de mí.

De regreso a casa

Allí estaba, tratando de entender la razón de mi comportamiento arriesgado, buscaba una respuesta a tantas preguntas. Hablé con mis hermanos, tenía mucho miedo y solo les di una idea de lo que había sucedido. Estaba sufriendo la consecuencia, perdí todo por lo que había viajado; en una caminata nocturna y con llanto de aceptación me despedí en silencio de aquel lugar.

Ya en casa

Era el amanecer de un miércoles de abril 2019, ya en mi casa, cuando abrí los ojos ya no era la misma.

Lo único que hacía era llorar, hablar con Dios y leer las meditaciones matinales.  Ahora esto era parte de mí: 1. Anhedonia, 2. Abulia, 3. Llanto frecuente, 4. Culpa excesiva, 5. Aumento de peso, 6. Ansiedad, 7. Migrañas frecuentes… Mi familia ignoraba, pero respetaba. 

Me sentía en un agujero negro. Solo era una mujer que deseaba dejar de sentir, esperaba que al despertar al día siguiente todo volviera a la normalidad. Decidí salir al mundo de nuevo, empecé a comunicarme (hasta donde los malestares me permitían). Necesitaba ayuda profesional, pero por alguna razón me resistía.

Intento de integración a la “normalidad”

Llegaba a la iglesia por la mañana para adaptarme a las personas de nuevo. Cada intento fue fallido; la fobia social, la hipersensibilidad y los problemas de atención eran parte de mí. El micrófono me martillaba, en segundos perdía la atención, y todo me provocaba llanto. Esos instantes que lograba estar sentada eran un sufrimiento. Era frustrante, tenía que retirarme en busca de paz, soledad… en busca de esos paisajes que calmaban mi alma.

Mi vida se había paralizado… si salía de casa, temía que me vieran, siguieran, secuestraran o abusaran, en mi habitación sentía que me observaban, que entraba a mi casa, que esas presencias me tocaran… había dejado de funcionar.

El día de la madre 2019 fue mi mayor logro, pude estar en el momento especial con mi mamá y mis hermanos; solo Dios sabe lo que sentía, entendí que la fobia social, la hipersensibilidad y los problemas de atención eran parte de mi vida también y debía hacer algo.

Busqué salir con mis amigas, seguir en los voluntariados (Mi Médico ONG y Familias con Futuro ONG).

No podía ejercer mi profesión, pero deseaba generar ingresos, y me dediqué a uno de mis trabajos alternos, siempre en compañía de un familiar.

El impacto de un diagnóstico de condición mental

Hasta que decidí ir con una psicóloga en junio 2019, tenía que ceder mi vida para volver a ser; hubo días que ya no podía leer, entonces la psicóloga me dijo: “No es momento de leer, sino de escribir”. El 10 de junio empecé a anotar mis experiencias.

Estaba en depresión delirante (paranoia y persecución), y la ansiedad se había generalizado. Los días transcurrieron y la sintomatología aumentaba.

Fue en esta temporada que busqué a Dios más que antes, con todas mis fuerzas, le decía que no me soltara, que disipara las sombras de mi vida. Gracias a él empecé a ver un destello de luz; sabía que tomaría tiempo, pero ya había iniciado mi proceso.

En mi cuarta sesión psicológica… Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG), tratamiento psiquiátrico de urgencia.

Pasaron unos días (el miedo me invadía), hasta que fui atendida en Salud Mental del Hospital Roosevelt en Guatemala. Di la referencia del centro de salud, le dije a la especialista que sospechaba de bipolaridad; luego de haber hablado un buen tiempo con ella, fui medicada desde el primer día por Trastorno Afectivo Bipolar. En tanto se harían las evaluaciones pertinentes.

Con el paso del tiempo el diagnóstico fue confirmado una y otra vez. Sentí como un balde de agua fría, la mente se puso en blanco y al caminar sentía como si caminara en el aire. Cada día voy aceptándolo, me voy reconociendo con un trastorno mental, viajando a un mundo desconocido. Un día a la vez.

Mi experiencia bipolar ahora

Los últimos 4 años y medio han sido llenos de sufrimiento, confusión, ansiedad, altibajos emocionales intensos, angustia, migrañas; llenos de preguntas, muchas de ellas sin respuesta; llenos de retos; pero también llenos de agradecimiento: 1. Porque existen medicamentos, 2. Por cada instante sin síntomas, 3. Por cada persona que me ha apoyado, 4. Por los profesionales de la salud mental, 5. Porque se puede seguir adelante con fe. 😊

Vida, amor y esperanza

¡Oh Jesús tu eres vida! vida y también amor.
Señor tú eres mi esperanza
¡Oh Padre Eterno y gran Dios de amor!
Solo tú eres esperanza y vida
El único significado de mi existencia.

Porque tu me creaste, eres vida
Vida porque resucitaste y me diste el existir, el privilegio de poder vivir.
Cuando muchos en su paso por el mundo hacen de la muerte cada día su existir.

Cuando estoy triste, tú me sonríes; cuando estoy caída, tú me levantas
Cuando tengo problemas, me dices: “Yo te ayudo” 
Cuando estoy cansada, tú eres mi descanso; 
y cuando mi corazón quiere desfallecer y mi ser quiere desaparecer,
Susurras a mi oído: “la vida es preciosa, convive conmigo y la tuya será hermosa, contigo en lo menos, contigo en lo más, pero siempre contigo”.

¡Oh querido Jesús! Tú eres la vida, el amor y mi esperanza
¡El único significado de mi existencia!
Contigo en lo menos, contigo en lo más pero siempre contigo.

Mi relación con Dios ha sido un pilar, el informarme cada día sobre este trastorno me abrió los ojos y me hizo aceptarme, entenderme y levantarme; mi mayor deseo es que el estigma que rodea a la salud mental disminuya al compartir contigo algo de mi vida, y que a través de mi experiencia quedes invitado a psicoeducarte.

Conclusión Experiencia Bipolar Wendy

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) del 2-3% de la población mundial, diagnosticados o no, desarrollamos TAB y es la sexta causa de discapacidad en el mundo.

¿Qué ha cambiado desde mi diagnóstico? Mucho, empezando por haberme reiniciado, tengo una nueva estructura mental, mi forma de ver la vida y a las personas. Actualmente ejerzo mi profesión, persevero y sirvo en mi comunidad de fe, estoy en planes de boda con un boliviano maravilloso y estoy iniciándome como escritora.

Por último, quiero compartirte lo que me ha aportado para seguir a pesar de todo: medicación, libros, meditaciones matinales, la Biblia (en especial Salmos), el Manual Diagnóstico de Trastornos mentales (DSM 5), cantos espirituales, música instrumental clásica, vegetación, hábitos saludables, mi familia, mi novio, entre otras personas, profesionales de la salud mental, tutoriales de autoayuda y la comunidad TAB.

Mi viaje continúa, vivo con Trastorno Bipolar… pero a pesar de todo… Gracias a Dios por la vida.

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